martes, 21 de mayo de 2013

SAPOS Y CULEBRAS

Día de chiribiri, apacible pero húmedo, día de anfibios.

 Aquí mi fiel guardian y terror de los intrusos, esta mañana me ha alertado, como de costumbre, de una presencia extraña. Raudo, he echado una ojeada hacia la puerta de entrada y, desde un punto estratégico, a toda la finca, sin encontrar nada nuevo que pudiera inquietar al chucho. De inmediato he pensado que alguna gallina pretendía usurparle su ración de pienso por lo que me he acercado hasta su radio de acción. Tal ha sido mi sorpresa al encontrar al anfibio anuro "Bufo Bufo" (sapo común) rodeado y acorralado por el cánido, pero sin estremecerse, con toda su parsimonia, ni siquiera daba un paso de inquietud. Más bien parecía un perezoso. El perro, que ladraba y daba vueltas a su alrededor, al percatarse de mi presencia, ha intentado coger el sapo con la boca y (lamentando no haber podido grabar o fotografiar la escena, por no llevar el móvil encima) me he partido de la risa al ver como escupía de asco. Se conoce que el sapo tiene toxinas irritantes en su piel.


Como el sapo no se inquietaba me ha dado tiempo de ir a buscar el móvil y hacer algunas fotos y grabar unas escenas. Después, valiéndome de un recipiente, he trasladado al sapo de lugar para que pudiera seguir con su rutina perezosa.













También he podido fotografiar esta "avemaríapurísima", según la conoce mi suegra, de metro y medio de largura que ha sido descubierta por la bobcat que ha estado rellenando el nuevo muro construido. Ha conseguido refugiarse entre los huecos de las piedras del muro, lo que dudo es si podrá salir después del relleno.