Realmente no sé cual es la causa del engomado, supongo que para cada árbol habrá una distinta (poda demasiado severa, nutrición descompensada o simplemente la acción de algún hongo subterráneo). Lo que sí he aprendido con los años es cómo convivir con ella y paliarla en gran medida.
El tronco de la foto de la izquierda, que pertenece a un cerezo que ya fué tratado hace unos años, vuelve a presentar exudaciones gomosas.
Como se ve en esta otra foto, procedo a limpiar y sanear la goma en lo posible sin perjudicar demasiado la corteza del árbol. Para ello utilizo un hacha bien afilada.
Seguidamente preparo la pintura con los siguientes ingredientes: pintura blanca al agua (la de las paredes de las casas), agua, oxicloruro de cobre y Aliette. No puedo dar dosis exactas, todo ello un poco a discreción. Yo intento que quede con una textura parecida a la de la pintura, o incluso algo más líquida, para poder aplicarla fácilmente sobre los troncos con una brocha.
El oxicloruro de cobre facilita la cicatrización de las heridas producidas con el hacha y previene de la entrada de bacterias; el Aliette es un fungicida que cura diversos hongos. La única función de la pintura es fijar los productos al tronco y evitar una excesiva insolación en árboles caducifolios enfermos.
Este es el aspecto final .
La experiencia me dice que, aunque este método no subsana las causas que provocan la gomosis, sí contribuye a alargar la vida de los árboles enfermos. Los cerezos de las fotos de arriba son un ejemplo pero este almendro que estuvo a punto de secarse es el más convincente. En los detalles, sobre todo agrandando la imágen, se puede observar como las heridas han cicatrizado, ha dejado de exumar goma y la corteza de ha regenerado. Eso no implica que algún año de estos no vuelva a aparecer el problema ....