
Pues nada, a gastarse 65 € en dos hembra y un macho, con intención de
que en la siguiente primavera puedan reproducirse; crecen muy rápido, .... y protegerlas, de pequeñas, contra las alimañas.


Cuando se hicieron semiadultas decidí dejarlas libres de noche y día, presuponiendo su capacidad de defensa, y evitarme el tener que acudir dos veces a diario. Fatal error, las "alimañas" acabaron paulatinamente con ellas, muy a nuestro pesar.
Otro error, a posteriori he descubierto, con ocasión de la costumbre de encerrar los gallos en una jaula situada en la viña, para evitar sus cánticos nocturnos durante nuestras pernoctadas en el cortijo, que no se trata de alimañas silvestres sino de un par de ellas domésticas. Dos perros nanos, ¿cómo no? uno de ellos del vecino, muy aficionado a recoger todo lo que llega pero poco a vacunar, poner chips y tener en regla los cánidos con sus corrrespondientes cartillas veterinarias. Y por supuesto, nada aficionado a tener los animales encerrados en su finca.
Una mañana me levanto bien temprano y descubro a los dos cánidos en la viña haciendo una zanja en el suelo para intentar acceder a los gallos por el suelo de la jaula. Me sirvió para descubrir el sitio por donde accedían, una escarbadura en la tierra debajo de la valla del perímetro de la finca.
¿Que le hacemos?, advertido varias veces, en los últimos años, ha sido el sujeto pero quien no tiene nada que perder no tiene nada que temer; así que le entra por una oreja y le sale por la otra. Así es esta sociedad pero luego todos reclamamos los mismos derechos .... como para dejar el destino de la misma al capricho de cualquiera.
Sólo puedo tener animales que sean capaces de encerrarse todas las tardes en el gallinero, accediendo por el ventanuco abierto al efecto, contando que a los perrillos no les dé por venir de día. Lo demás es perder el tiempo, mientras haya gente tan irrespetuosa con los demás por los alrededores.