HOY COLLEJAS PARA TODOS

 No seais mal pensados, me refiero a esta planta silvestre (Silene vulgaris). De todas formas tampoco va a ser para todos pues mis chiquillos dicen que ellos no se comen estos hierbajos.

Aquel día que mi padre llegó a casa con un brazado de collejas y yo pensé "¿dónde va éste si ya no tenemos pollos de perdiz? no me imaginaba que iba a acabar siendo yo mismo tan aficionado a ellas. Se preparó su tortilla de collejas con la receta que le había proporcionado un amigo y me las dió a probar. Realmente buenas, mucho mejor que la de espinacas o acelgas.

Lo que antaño obligaba el hambre ahora se convierte en una esquisitez. Pasa con los espárragos silvestres, las cerrajas o los hinojos (por no hablar de migas, gachas, etc..).

 Son plantas muy tiernas en sus brotes, con hojas parecidas a las de los claveles, de color verde claro, con flores blancas y una especie de campanillas al final de un tallo largo dónde tienen las semillas.

Son comestibles. En mi casa se preparan en tortilla: unos ajitos cortados y dorados en la sartén, las hojas y tallos de las puntas más tiernas de la colleja se cortan finas y se fríen un poco, después el huevo batido y vuelta y vuelta.

Espero que Ana mejore la receta en su blog.

Estas son unas plantas que suelen salir en los bordes de bancales y sitios más sombríos, sobre todo donde no llega la labor del tractor. Hacen sus crecidos más grandes y aprovechables en febrero y marzo, sobre todo después de lluvias. Pero se suelen agostar muy pronto, en cuanto el sol empieza a jarrear y los días son más largos.

 Se propagan por semillas, pero más rápidamente mediante el sistema de tallos subterráneos que tiene, tipo grama o juncia.

Yo, cuando encuentro un hueco en una orilla sombría recojo algunos de estos tallos y la propago. Tengo amigos que también son aficionados a estas tortillas, jejeje....

Como siempre, un consejo, si cojeis del campo no arranqueis las raices, de todas formas no son aprobechables y así podrán seguir propagándose.

El ying y el yang. Aquí tenemos una planta con la que no se os ocurra hacer una tortilla. Todas sus partes son venenosas, especialmente la sabia bruta lechosa que brota de sus tallos si los cortais.

La adelfa, muy utilizada en jardines y carreteras, es una planta muy respetada por todos los animales, cuenta que les trae. He oido decir que simplemente oliendo sus flores ya te duele la cabeza (nunca he probado).

Una vez vi a mi padre echar un montón de tallos en la balsa, decía que eran buenos para evitar el virus de los pimientos (alguien se lo comentó y no se paró siquiera a pensarlo).

En la foto de abajo se ve una vaina abierta con las semillas peludas.

Yo tengo plantado este ejemplar por aquello de la biodiversidad. (Dios, ya parezco un ecologista).