Bien, por fin he terminado con la poda de la viña, que empecé allá por finales del mes de noviembre. Los sarmientos están rocogidos y engrosando la pila de restos de poda que será la gran protagonista el próximo sábado por la noche cuando le prendamos fuego para celebrar "San Antón".
Esta celebración tiene su origen, precisamente, en la necesidad por razones de limpieza y de evitar la propagación de las plagas de deshacerse de todos los restos de poda que no fuesen utilizables en los hogares (chimeneas) .......
Pero, "esos son otros lópez y no los del Marchal" (de Antón López, por cierto). Ahora quiero explicar qué sistema de conducción he escogido para la viña.
Cuando digo "conducción" me refiero a la forma de conducir la planta y a su estructura de sostenimiento. Como se aprecia en la imagen he optado por una conducción en espaldera simple vertical con postes metálicos a cuatro hilos. El primer hilo para apoyar los brazos y los tres siguientes para sujetar los tallos según crecen.
He optado por una estructura de la vid a dos brazos con cinco o seis pulgares de dos llemas cada uno (muy parecido a las exigenicas de los consejos reguladores de D.O. Rioja y Ribera), con lo que tendremos unos veinte uveros por viña tras la brotación, muchos de los cuales habrá que descartar en la poda en verde.
Estas exigencias no tienen otro objetivo que disminuir la carga frutal de la planta y así aumentar la calidad del vino (otro día explicare la relación inversamente proporcional entre cantidad de cosecha y calidad de vino). Por eso yo no tengo la obsesión de producir mucha uva, no estoy en la carrera por ver quien produce mayor cantidad, como otra gente, a mí me interesa la calidad del vino; esto no es uva de mesa.
Este sistema tiene las ventajas de favorecer las labores, la entrada de luz a los racimos, la aireación de los mismos, la disminución selectiva de la producción y una mejor exposición de los racimos a las aplicaciones fitosanitarias.
Bien, centrándonos en la poda propiamente dicha, tengo que decir que conviene dejar pulgares, que además de buen diámetro, sean lo más verticales posible, es decir hacia arriba, y despreciar los horizontales o los que salen hacia abajo. Recordemos que los tallos deben conducirse hacia arriba, porque es su tendencia natural buscando la luz y porque así es nuestro sistema de conducción. A cada pulgar se le dejan dos yemas por seguridad de brote.
En cuanto al corte, he de decir que conviene que esté biselado a favor de la última yema para no entorpecer la llegada de la sabia bruta (como se ve en las imágenes) y a una prudente distancia de ella para que la cicatrización no llegue hasta la misma.
Algo importante, que acabo de recordar, es el escoger días claros y secos ya que, no olvidemos que estamos causando heridas a la planta, los días húmedos y con lluvia son más favorables para la proliferación de hongos que pueden entrar por los cortes provocados con la poda.
Hace dias que no visíto este blog tan interesante como ameno,(un logro por tu parte). En esta entrada dedicada a la poda, se observa unas fotos de tu viña con Sierra Gador de fondo.Para los que NO conocemos este paraje, estas fotos nos sirven como referencia para conocer donde se encuentra.
ResponderEliminarTambien he observado que has cambiado de cabecera, bonita vista de la sierra, al verla me viene a la mente aquella estrofa de aquel gran poeta:
Cuando se cubran las montañas
de blanca nieve en enero
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas.
Enhorabuena.
Pues he estado un rato pensando que podía yo decirle a alguien que no conozca el paraje, pero al ver tu nombre he desistido.
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