Hoy hemos sembrado tres plantones de frutales. Lo propio hubiese sido esperar hasta la segunda quincena de febrero pero, ya se sabe, el "ansia" ....
Existen varias formas de propagación en frutales. Simplificando, tampoco sé mucho más, diré que las principales son por siembra de semilla, por siembra de portainjerto enraizado apropiado al terreno y variedad que queremos y por siembra directa de estaca (algunas tienen la propiedad de enraizar con facilidad, ejemplo la vid, olivo o el manzano).
Problemas:
En siembra de semilla tenemos la dificultad de su germinación, algunas requieren una estratificación previa (prepararlas para su germinación, existen varios métodos). También tenemos el inconveniente de que la semilla no nos asegura, casi nunca, la variedad porque ésta tiene un padre y una madre diferentes, resultado de la polinización.
En siembra directa de estaca, tenemos el problema de su enraizamiento y de no tener la seguridad de que el patrón se adapte perfectamente al tipo de suelo que tenemos.
Por lo tanto, yo prefiero la modalidad de siembra de portainjerto adaptado al suelo que tenemos. Como hay muchos frutales que son muy dados a brotar sierpes de las raices, nos encontramos con la ventaja de disponer de material para propagar la especie con pie apropiado y algunas raices. Algunas veces nos encontramos con sorpresas como que de un nispero o un peral brotan sierpes de membrillo. Esto quiere decir que el vivero escogió, en su día, este portainjerto para portar el cultivar que nosostros tenemos y por tanto debe ser bueno.
En el caso de las dos primeras imágenes se trata de una sierpe de ciruelo, comprado en vivero, que ya injerté yo el año pasado con la variedad correspondiente, en este caso ciruelo Stanley.
Como podeis apreciar en la imágen la sierpe ya lleva algunas raices que facilitarán mucho su arraigo y el éxito de la siembra.
No obstante, siempre es bueno crear las condiciones para que las raicillas puedan prosperar en el suelo. Yo utilizo la turba, aunque no hay que abusar porque tiene pocos nutrientes.
Interesante decir que si tenemos un portainjeto (pie) y un patrón, nunca debemos enterrar el cultivar porque echaría raices y anularíamos así las ventajas de tener un pie adaptado al terreno. Por ello el injerto debe de estar siempre por encima del nivel del suelo.
Posteriormente, se impone el sujetar o afirmar el plantón para evitar que parta o se doble con el viento. Yo utilizo cabillas de aproximadamente 120 cm. pero, eso sí, cubiertas con goma (de las de goteo) para evitar que produzca rozaduras en el tallo del plantón.
Se me olvidaba, si al arrancar la sierpe producimos desgarres o heridas en la raiz, conviene hacer cortes limpios y aplicarles alguna solución de cobre para tenerlas protegidas de bacterias y hongos del suelo, además de facilitar su cicatrización. (Es mi costumbre).
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